Esta manualidad nos pareció muy interesante porque si bien el tema del semillero ya es conocido no lo es tanto en su adaptación al mundo infantil. Creemos que el niño/a al ver esta posibilidad con dos monstruotes como tiestos, se verá mucho más motivado a plantar, regar y mantener su propio cesped con todo lo que ello conlleva para apreciar los elementos naturales, que falta hace.

